jueves, 31 de enero de 2008

Accesorios para inválidos

La sorpresa dolorosa de una escalera ciega..
Cuento, los escalones y los días para largarme
Desde esta ventana no hay luz que los distinga, a veces tengo mas frió y hay veces que muero por una buena conversación.
Hay días en que veo árboles que jamás he conocido
Y extrañas visitas me cuentan lo que pasa en los diarios
Hay días que parezco revivir todo lo pasado
Y días en que no prefiero ni abrir los ojos!!

Hay días en que me mantengo aferrado a los recuerdos llenos de viseras, los hospitales, los zapatos sin usar, los dibujos de los amigos.
El paseo diario, con una mirada investigadora alrededor de camillas, tubos
Y largos pasillos incoloros, bien los conozco
De los amigos que jamás vi jugar a la pelota, con ropa de domingo
Ni con un tono natural en la cara. Se sientan en mi cama a mirar,
Están sin esos cables llenos de líquidos que no me permitían abrazarlos.
Delicados tras un vidrio sin libre contagio, tratando de adivinar mis gestos
Otros permanecían con la cabeza baja inmóvil, esperando que cada día estuvieran ahí, todos parecían ir y venir menos nosotros.
Algunas semanas y el verde de los jardines se inundaba con la llegada del invierno.
Cuatro fuimos los que seguíamos con un delgado delantal con figuras infantiles, sofocados por el aire acondicionado.
El parálisis del tiempo un stop al comenzar un nuevo año
Hoy veo rostros marchitos, pero de líneas firmes y correctas
Una expresión de gravedad soñadora y ojos, donde parecía haberse refugiado la vida.
Ruinas vivientes a las que pertenezco aun o máquinas inútiles para el cotidiano que olvide por algunos meses.
Espero verlos en Francia como veteranos inválidos de guerra sin hogar.
Inválidos, cieguitos, sordos, artistas, lisiados inútiles todos.

1 comentario:

Unknown dijo...

inválida
te esho de menos
):