lunes, 9 de abril de 2007

Para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico….



Desde la casa jamás habitada de mi abuelo, me quedo una noche,
Esto va bien y parece esas casonas españolas de fines de siglo, donde al medio de toda la casa hay un gran patio y una pileta al centro.
Lo demás es casi una jaula y me encuentro con un animal que no es muy agradable.
Ni por chico que se crea, es menos peligroso!
Los barrotes ya están un poco oxidados! Y me la impresión que todos me observaran, mas no hay nadie, nadie quien yo pueda ver…..

El giro de las ruedas de la bicicleta y un empujón provocado por mi padre, producen un transe interminable! que me lleva rodeando toda la orilla de un camino de montaña!!
Hay más ciclistas y me cruzo con ellos, la mirada es penetrante, liviana casi de preocupación
Es como si les entregase el control de la situación a ellos, yo ya no puedo más y solo me mantengo a la orilla a punto de tropezar hacia el precipicio.
Dos me ayudan de especial forma, intentado hacer lo imposible por que no resbalara, sus miradas me causan risa, son de extrema preocupación, parecerán perder algo permanentemente……
Mi preocupación se basa en ellos. Mas bien la singular mirada de uno,…..
Nos arrastramos a gran velocidad, las pequeñas piedrecillas parecen incrustarse en mi piel, lo mas raro es que tengo deseos de salvarme y devolverme hacia donde debía ir, mi destino provocado por mi decisión, no por el impulso de un empujón mal dado!
Llego al fin de este recorrido, no siento dolor en mi cuerpo y el precipicio ya dejo de existir hace un rato ya!
Hay un negocio donde están todos los ciclistas y más gente que compra no se, pan amasado, con chicharrones.
Estoy de pie milagrosamente, nadie me paro ni nada, las miradas dejaron de existir y la dulce sonrisa del joven, parece que deseo evitarla!!.

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